4. GABRIEL MACANDÉ. En la Cádiz de principios de 1900, por sus calles, entre ruidos de carros y murmullos de gente, se escucha el cantar de los pregoneros. Gritan y cantan por los barrios los nuevos mercaderes. Vendedores ambulantes que ofrecen sus productos entonando sus cánticos para promocionar sus mercancías. Hacían muy populares sus pregones voceando las mercancías que vendían, mientras se pateaban la ciudad por las calles de arriba abajo, a la búsqueda de unas perras gordas, para ganarse la vida como buenamente podían. PROGRAMA DE RADIO Carboneros con el rostro ennegrecidos, afiladores que hacían sonar sus flautas, vendedores de sandía y meloneros que con una navaja en el bolsillo daban a catar sus productos, limpiabotas, lateros y todo un sinfín de trabajadores artesanales inundaban las calles de la Tacita de Plata. Entre ellos, uno muy singular y especial para el mundo del flamenco: el vendedor de caramelos. Con su pantalón de pana permanente y curtido por el uso, sus zapatilla...